En el siguiente texto comparto algunas de las reflexiones que hice después de haber participado en las sesiones del seminario organizadas por el colectivo sin nombre durante el semestre 2011 - 2012 A en el plantel Gral. Lázaro Cárdenas del Río, del IEMS GDF. Éstas giran alrededor de lo que entiendo como profesión docente y para ser más preciso, a un par de aspectos que a mi parecer son nodales:
- La identidad que cada uno de nosotros le otorga a la docencia: ¿trabajo o profesión?
- El quehacer que asumimos como propio de la docencia, pensando en ella como una profesión.
En alguna de las sesiones en las que hablamos acerca de nuestras experiencias en el SBGDF y lo que plantea el modelo educativo del IEMS. Las participaciones fueron acerca de las novedades que se proponen en éste y sobre el papel que jugamos los DTI’s. Además también hicimos un ejercicio para recordar a nuestros mejores y peores profesores. Al respecto hubo un comentario que fue el que dio pie a mi reflexión:
“Los que hoy somos docentes somos producto de una educación tradicional, así que aún cuando las nuevas tendencias parecen satanizar este tipo de educación, no habría que despreciarlo”
Sin duda hay una parte de la afirmación anterior que es verdad, no se puede cuestionar que la formación que recibimos la mayoría de los que hoy ejercemos la docencia proviene de ambientes “tradicionales”, en los que el contenido a tratar ya estaba predefinido y nuestros profesores sólo tenían que transmitirlo, en ocasiones de manera impecable y en otras, de una manera que aun delante de nuestros ojos inexpertos lucía como mera improvisación o peor, parecía que el profesor no tenia ni idea del contenido.
Es razonable que después de haber pasado tanto tiempo inmersos en ambientes de este estilo, que haya quien asocie la labor docente con la idea de tansmisores o de instructores; pero qué pasaría si en efecto nuestra labor se reduce a eso, a ser meros transmisores: aquellas personas que nos dedicamos a ello, no estaríamos muy por encima de algún medio de transmisión fotomecánico o electrónico; y dado el avance de la tecnología, específicamente en los medios de comunicación, entonces los docentes resultaríamos más bien obsoletos y desechables.
Debe haber algo que haga que la docencia sea más que transmisión de información y datos, o es que sólo basta con ser un profesional de cierta área de conocimiento para que uno pueda enfrentarse al reto de colaborar con la formación de individuos, que por su momento de desarrollo están en busca de identidad y de su lugar dentro de sus comunidades y tratando de vislumbrar su porvenir.
Cierto es que no puede uno no puede ser profesor de cierta disciplina, sin tener un conocimiento profundo de ella, pero no es una condición de suficiencia: no basta con tener conocimientos profundos para ser docente. Así por ejemplo, la profundidad del conocimiento acerca de las matemáticas no es la misma entre un maestro normalista, un ingeniero, un actuario o un matemático; aunque es más probable que el primero sea quien tenga más conocimiento sobre cómo lograr que los estudiantes atribuyan sentido a lo que están por aprender que los últimos y así logre que haya aprendizajes significativos.
Ser profesional en una disciplina específica o en la docencia, no implica que el individuo lo sea en la otra. De hecho cada una tiene su campo de trabajo; y aunque no se puede negar que existen aspectos sumamente importantes que las vinculan, cada una de ellas tiene su propia agenda y sus problemas particulares a resolver.
Entre las tareas que aparecen en la agenda de la docencia, que no aparecen en la de los profesionales de una disciplina, están las de dar respuesta a preguntas como ¿qué queremos que los estudiantes aprendan? ¿por qué queremos que lo aprendan? ¿qué hacemos para que lo aprendan? ¿en efecto lo que hacemos para que aprendan permite que los estudiantes lo aprendan?
Aún cuando las preguntas siempre sean las mismas, dado que en cada oportunidad que tenemos de trabajar con estudiantes, sus realidades como sus necesidades son diferentes y exigen de nosotros respuestas diferentes a cada una de las preguntas. No es lo mismo atender estudiantes que no tienen que preocuparse porque en casa no falte comida, o que viven dentro de un ambiente familiar violento, que atender estudiantes que su preocupación está centrada en otros aspectos. Esto no quiere decir que los docentes seamos quienes tengamos que proveer respuestas a las cuestiones que de esas realidades se deriven, pero sí es importante tener presente que éstas perfilan marcos de referencia diferentes, que influyen fuertemente en los estudiantes y en su desempeño escolar.
Aún cuando las preguntas siempre sean las mismas, dado que en cada oportunidad que tenemos de trabajar con estudiantes, sus realidades como sus necesidades son diferentes y exigen de nosotros respuestas diferentes a cada una de las preguntas. No es lo mismo atender estudiantes que no tienen que preocuparse porque en casa no falte comida, o que viven dentro de un ambiente familiar violento, que atender estudiantes que su preocupación está centrada en otros aspectos. Esto no quiere decir que los docentes seamos quienes tengamos que proveer respuestas a las cuestiones que de esas realidades se deriven, pero sí es importante tener presente que éstas perfilan marcos de referencia diferentes, que influyen fuertemente en los estudiantes y en su desempeño escolar.
¿Pero cómo reconocer y aprovechar lo que los estudiantes aportan para su experiencia de aprendizaje y así, hacer que la enseñanza sea favorable en términos del significado que aportan ellos a lo que están por aprender? Al respecto comparto el resultado de reflexiones que hicimos César Fuentes, Marina Usoltseva, Gema Galván y yo en el diplomado de actualización y formación docente en el que entonces estabamos participando. Están guiadas por los ejes de análisis a continuación, caracterizados por aspectos conceptuales, procedimentales y actitudinales, cuyo propósito es ilustrar las diferentes dimensiones que percibo en la labor docente y por lo que afirmo que la docencia es diferente de la labor de especialista en una disciplina vinculada con su quehacer (en mi caso profesor de matematicas-matemático):
- Saberes pedagógicos:
- Conceptuales:
- Diseña sus cursos, buscando que con ellos loe estudiantes logren un perfil.
- Distingue la diferencia entre los verbos calificar y evaluar y en este sentido, evalúa procesos y no sólo califica productos.
- Domina su materia.
- Posee cultura general amplia.
- Conoce fuentes alternativas para obtener información para los alumnos.
- Consulta bases de datos.
- Procedimentales:
- Evalúa periódicamente los logros de los estudiantes y si son pertinentes los instrumentos que usa para sus clases y para evaluar a los estudiantes.
- Instrumenta activadades centradas en los estudiantes.
- Su planeación facilita a los estudiantes la comprensión de los contenidos.
- Asesora a los estudiantes en el uso de recursos.
- Actitudinales:
- Tiende a adquirir o construir su conocimiento pedagógico específico (actitud investigadora).
- Evalúa y somete a juicio sus dinámicas y la pertinecia de las mismas.
- Tiende a trabajar en forma multi/itner/trans/disciplinar.
- Muestra que sabe cómo potenciar la autoimagen e interés en los estudiantes, para que alcancen metas nuevas.
- Promueve el desarrollo de actitudes positivas entre los estudiantes.
- Organización de la enseñanza.
- Conceptuales
- Tiene estrategias de planeación y hábitos de estudio.
- Planea sus cursos con base en un programa de estudios y con la misión de cubrir sus objetivos (no sólo se centra en contenidos), atendiendo diferentes estilos de aprendizaje.
- Tiene un repertorio de dinámicas de grupo.
- Sabe cómo dosificar contenidos.
- Se pregunta (no de forma retórica) para qué les servirá a los estudiantes cada contenido que se abordará durante el curso.
- Tiende a abordar los contenidos de sus cursos de forma multi/inter/trans/disciplinar.
- Procedimentales
- Sus clases tienen tres momentos: Apertura, desarrollo y cierre.
- Da seguimiento oportuno a lo que deja de tareas y/o trabajos.
- Diseña los instrumentos necesarios para instrumentar su planeación.
- Selecciona, diseña y prepara materiales didácticos que facilitan el aprendizaje.
- Aprovechar múltiples recursos.
- Tiene recursos para atender diferencias individuales que impactan sobre el aprendizaje.
- Orienta a los estudiantes sobre sus planeaciones.
- Actitudinales
- Tiene por costumbre diagnosticar a sus estudiantes, para diseñar cursos que respondan al programa de estudio y a sus necesidades particulares.
- Tiende a recopilar estrategias de sus colegas y cuestionarlas y eventualmente las adapta para su ejercicio diario.
- Tiene disposición para hacer cambios en su planeación cuando los resultados que obtiene lo ameritan.
- Fomenta el pensamiento independiente y el aprendizaje autónomoa través de la organización de actividades críticas.
- Comunicación.
- Conceptuales
- Se comunica asetrtivamente con sus estudiantesy sus padres, con sus colegas y con las autoridades de la institución.
- Usa con pertinencia la terminología específica de su disciplina y puede explicar con solvencia el significado de cada término que emplea.
- Conoce y usa medios de comunicación que pueden enriquecer su práctica.
- Procedimentales
- Sabe participar, crear y mantener equipos de trabajo.
- Elabora o coordina instrumentos de intercambio de opiniones con los estudiantes.
- Informa oportunamente a sus estudiantes y padres de familia de los avances y de las necesidades de reorientar prácticas para potenciar el aprovechamiento.
- Actitudinales
- Tiende a escuchar grupos heterogéneos de personas y se muestra tolerante ante las diferencias.
- Promueve y fomenta el uso de tecnologías de comunicación.
- Desarrollo profesional
- Conceptuales
- Escribe y consume artículos de eduación y/o didáctica de su disciplina.
- Procedimentales
- Tiene métodos o instrumentos que le permiten Identificar las áreas y campos de estudio y habilidades que le hace falta desarrollar
- Actitudinales.
- Tiende a participar en actividades que permiten su formación continua (congresos, cursos, diplomados, coloquios, etcétera, dedicados a la eduación o didáctica de su disciplina).
Merced a todo lo anterior es que afirmo que, la labor que reune a tantos especialistas de tantas disciplinas en el instituto demanda de cada uno de nosotros una formación que no tuvimos en las aulas, pues es otra profesión en las que nos estamos formando, que requiere de nosotros constante reflexión e intercambio permanente entre colegas, tolerancia y empatía y vocación. También afirmo que en la medida en la que seamos conscientes de que la participación de todos tanto a nivel individual como colectivo, es crucial para el desarrollo de los estudiantes que tenemos a nuestro cargo durante nuestra estancia en este trabajo.